En la misa de la Sagrada Familia, el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, reiteró la postura de la Iglesia sobre al matrimonio igualitario y otras situaciones que atentan contra lo que consideran el bienestar del Estado.
En ese marco, habló sobre la historia de María, José y Jesús. Haciendo hincapié en que “los cristianos vemos en esa familia la opción que Dios hizo, en su maravillosa realidad natural del varón y la mujer, base necesaria e irreemplazable para la construcción de la familia humana”.
Sin embargo, advirtió que “ese diseño atraviesa por una grave emergencia. Hay alerta roja por el fenómeno cada vez más extendido de ausencia de la figura paterna y materna que padecen los hijos”.
Una cuestión que el arzobispo de Corrientes señaló como no menor, remarcando que “si la familia está bien, el Estado estará bien; si el Estado está bien, la gran comunidad de los hombres vivirá bien" . Seguidamente, también indicó “entendamos que la proliferación de las casas de juego es un atentado a la salud de las personas y a la familia”.
A lo que añadió, “entonces, si queremos vivir bien -¿y quién no lo desea?- cuidemos la familia. En el Año de la Fe, los matrimonios y las familias cristianas, siéntanse interpeladas a vivir la fe colocando realmente en el centro de sus vidas a Dios. El gran tesoro de la educación de los hijos en la fe, consiste en la experiencia de una vida familiar que recibe la fe, la conserva, la celebra, la transmite y testimonia”.
Y por último, Stanovnik insistió en su reclamo hacia “aquellos que en su extravío dañan gravemente las bases de la institución familiar, olvidando que el bienestar del presente y el futuro de la sociedad depende de cómo tratemos la familia. Es decir, de la valoración que le demos al matrimonio entre un varón y una mujer; de cuánto hagamos para favorecer la estabilidad del vínculo matrimonial; y de la protección que alcancemos a dar a los derechos fundamentales que tiene la familia para educar a sus hijos”.