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La escasez se advierte en el retraso del trabajo en las chacras y en el traslado de la producción. Podría agravarse la situación y afectar la campaña si faltara combustible en los próximos meses. El productor José Soto puso nuevamente sobre el tapete la problemática de los precios.
La cosecha hortícola comenzó con inconvenientes para los pequeños productores de la zona de Santa Lucía y Lavalle, donde se concentra la mayor superficie plantada. Se trata de la falta de combustibles necesarios para levantar la producción y el traslado a los centros de comercialización.
José Alberto Soto, referente del sector, comentó que en este momento está comenzando la cosecha de tomates, zapallitos y berenjenas en la zona.
"A pequeña escala, la gente ya comenzó a sacar la producción y a enviar a los mercados de concentración, y realmente hay productores perjudicados porque no hay suficiente combustible para trabajar. La situación podría agravarse de continuar esta situación en los meses de agosto, septiembre y octubre, cuando sale el grueso de la cosecha", afirmó Soto.
El productor reveló que durante la semana pasada en la zona no hubo combustibles por más de 48 horas, al igual que en otros puntos de la provincia, como Gobernador Virasoro, Mercedes y Curuzú Cuatiá, donde se desarrollan producciones forestales y ganaderas, hecho que fue reflejado en las páginas de este diario.
"Según allegados a las estaciones de servicio Shell, la faltante se extenderá el resto del año, lo que pone en alerta a los trabajadores del campo porque podría complicar mucho la campaña que recién empieza", insistió.
Vale mencionar que la campaña hortícola finalizará en noviembre o diciembre.
SIN GANANCIAS
Por otra parte, Soto manifestó su preocupación por la enorme brecha que existe entre los precios que se pagan al productor primario y los que abona el consumidor por los productos puestos en góndola.
Para graficarlo, mencionó que en este momento "el pimiento verde se paga en quinta 2,50 pesos los 10 kilogramos, y el tomate 1,50 el kilogramo".
"Los precios de los alimentos en las grandes cadenas de supermercados son elevadísimos y al productor no le queda absolutamente nada de ganancia", añadió para explicar luego que los productores no son formadores de precios. El alza estaría fijado por los grandes empresarios, que abonan al proceso inflacionario.
Para comprobarlo basta con recorrer verdulerías y supermercados correntinos. El pimiento verde cuesta poco más de 12 pesos el kilogramo, mientras que el rojo sale 29 pesos el kilo. En cuanto al tomate, el kilo de la variedad perita ronda los 12 pesos, y el redondo 11 pesos.
"Realmente la política que está implementando el Gobierno nacional está destruyendo todas las economías regionales", dijo Soto e insistió en que "Moreno parece que desconoce que nosotros no somos fijadores de precios, esperamos que este año no intervenga. Pagamos los insumos en dólares y recaemos en un mercado interno donde vendemos en pesos, debemos afrontar el incremento de los sueldos del personal y todo ello deriva en una menor superficie de siembra. Este año, según un relevamiento que hizo el Ministerio de Producción, Trabajo y Turismo, hay un 20 a 30 por ciento menos de superficie cultivada", finalizó el horticultor.
En primera persona
"Los precios de los alimentos en las grandes cadenas de supermercados son elevadísimos y al productor no le queda absolutamente nada de ganancia", dijo el productor hortícola José Alberto Soto.
"El pimiento verde se paga en quinta 2,50 pesos los 10 kilogramos, y el tomate 1,50 el kilogramo". Mientras que en los supermercados se consigue a casi 12 pesos el kilogramo de ambas hortalizas.
