Ante la detección de un caso de triquinosis en esta ciudad, la Dirección de Producción Animal del Ministerio de Producción, Trabajo y Turismo de la Provincia comisionó un equipo de técnicos que viajó el miércoles, junto a una delegación de la Policía Rural e Islas (Priar), para determinar el origen del foco.
Como se anticipó en la edición de ayer por un informe de la Municipalidad de Curuzú Cuatiá, el caso fue alertado por la subdirectora de Zoonosis de Salud Pública de la Provincia, Claudia Benítez Sosa, a partir de la presencia de un ciudadano esquinense que fue derivado al hospital Ángela I. de Llano de la Capital correntina. Por los síntomas del paciente, se realizó el correspondiente análisis que resultó positivo a triquinosis, alertando a los organismos pertinentes de acuerdo a los procedimientos dispuestos para estos casos.
En Esquina, el grupo de trabajo del Ministerio y la Priar inspeccionaron bocas de expendio de productos y subproductos de cerdo, cuyos propietarios no pudieron comprobar su origen y se decomisaron chacinados, embutidos y carne porcina, labrándose las correspondientes actas de infracción y desnaturalizando luego lo decomisado en las instalaciones del matadero municipal, por el método de incineración. También se observaron basurales a cielo abierto y la presencia de cerdos alimentándose en el lugar.
Cabe señalar, que es el segundo caso que aparece en la historia de la provincia. El primero se detectó en Goya en 2011, y se originó por el consumo de carne de cerdo alimentado en un basural de esa ciudad.
EL CHANCHO NO TIENE LA CULPA...
Esta enfermedad aparece cuando la crianza de cerdos se realiza en condiciones precarias, en lugares que benefician la proliferación de roedores y animales salvajes que contribuyen a la diseminación del parásito, como los basurales. La zoonosis es favorecida cuando la faena no es controlada y ello sucede en establecimientos no habilitados para tal fin o en faenas a campo.
Es importante recordar que la faena clandestina constituye un grave riesgo sanitario para las personas, dado que no se puede garantizar la calidad higiénico sanitaria de esas carnes destinadas al consumo. El control higiénico realizado en las plantas de faena, evita la transmisión de enfermedades, que en el caso del cerdo impide, entre otras, la transmisión de la triquinosis.
