|
Su salud dio otra muestra de recuperación. Ayer le quitaron algunas drogas, el pequeño despertó y ya no figura en la lista de emergencia para otro trasplante.Tras la buena noticia del lunes, que daba cuenta de que el corazón que le trasplantaron a Renzo comenzaba a latir como se esperaba, ayer se dio otra señal positiva en la salud del niño de poco más de dos años.
El nombre del pequeño ya no figura en la lista del Instituto Nacional Centro Único de Coordinación Ablación e Implante (INCUCAI) ya que al “Leoncito”, como lo bautizaron quienes cuidan de él en el hospital Garrahan, le quitaron la asistencia respiratoria mecánica, el suministro de algunas drogas y de poco comienza a despertar.
De a poquito empieza a moverse. Aún no abrió los ojitos pero recuperó sus cachetes colorados. Está hermoso”, fue lo que publicó en una red social la madre de Renzo, Belén Ramos, para evidenciar su felicidad luego de tanto dolor contenido.
Mientras tanto, ayer por la tarde Belén y Haroldo, los papás de Renzo, hablaron sobre la historia que conmovió al país en un programa televisivo. Contaron que Renzo sigue muy bien luego de que les comunicaran que el corazón que recibió hace unos 10 días sigue latiendo. “Él colaboró en todo porque sabía que era lo único que le quedaba, tenía que aguantar para vivir, él recibió su recompensa, yo no sé si aguantaría pero él lo hizo”, dijo su mamá Belén.
El pequeño estuvo conectado a una máquina durante 8 meses, el Berlín, que le permitía moverse sólo un metro y medio. En ese tiempo hubo llanto, dolor, después vino el oxígeno continuo. “Aprendimos a vivir segundo a segundo, porque me daba vuelta a buscar una mamadera y Renzo entraba en crisis”, recordó Belén sobre las dificultades que atravesó su hijo, un ACV, parálisis, entro otros padecimientos.
Renzo estuvo en el hospital Garrahan desde septiembre del 2012, pero las internaciones comenzaron un tiempo antes, con entradas y salidas al hospital. “Si Renzo estuvo dos meses seguidos en casa, es mucho. Además me tenía que encargar de mi hijo más grande, Valentino de 6 años, contó Haroldo; “la peleamos juntos”, resaltó.
En algún momento me sentí sola, recordó Belén, pero al estar lejos de casa las enfermeras del hospital se portaron muy bien, siempre estaban pendientes si comí, si necesitaba algo”, agregó la joven madre.
Entre risas, contaron que a Renzo no le gusta que lo bañen. También tira besos a todos y se ríe mucho.
