La imagen es elocuente y al mismo tiempo inentendible, y es que no se puede comprender desde ningún punto de vista cual es el motivo o la razón por la cual alguien pudo destruir algo que no molesta a nadie y que contribuye a la estética de la ciudad.
El retrato pertenece a la parada de colectivos de la esquina de Córdoba y San Juan, la marquesina que indicaba el lugar fue totalmente destruida, está claro que no se trata de otra cosa que vandalismo, ya que no se nos ocurre otra explicación.