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Con precios de hasta 45 pesos para ciertas hortalizas, el costo de una ensalada puede superar ampliamente al de algunas de las comidas más populares. Apuntaron a las últimas heladas como la causa de la escasez y señalaron que la situación debería normalizarse en las próximas semanas.
Las verdulerías locales exhiben por estos días valores poco favorables para el bolsillo de los vecinos, en especial para los que llevan una dieta vegetariana. Son pocos los productos del rubro cuyo valor está por debajo de los 10 pesos y en algunos casos, como el morrón y el tomate, el precio se equipara e incluso supera al de otros comestibles como la carne o el queso. Los productores apuntan al clima como el principal factor de la suba, pero tampoco descartaron una cuestión especulativa de parte de los comerciantes.
La situación es similar en las verdulerías particulares y en las góndolas de los supermercados más importantes de la ciudad. El kilo de morrones, por ejemplo, trepó hasta los 45 pesos, mismo valor que actualmente tiene el queso cremoso y muy por encima de lo que cuestan los cortes de carne más populares, como la aguja y la paleta, que no llegan a los 40 pesos en la variedad de novillo. Otro caso es el del tomate que alcanza los 30 pesos por kilo, y la lechuga que no baja de los 15.
Parecen casos aislados, pero si se los comparara con el costo de otros tipos de alimentos, la dimensión del problema se torna más amplia. Sin ir más lejos, en algunas casas de comidas rápidas es posible comprar una pizza para tres personas al mismo precio que un kilo de morrones, y el valor de las hamburguesas especiales tiene un promedio de sólo 25 pesos. En ambos casos, la preparación incluye más de un ingrediente.
PROBLEMAS
COMUNES
Consultado por este tema en particular, el presidente de la Asociación de Pequeños Productores de Saladas, Orestes Romero, explicó cuáles son las principales causas para estos y otros aumentos. "Las heladas de las últimas semanas hicieron estragos en los campos. Se perdieron muchas cosechas, especialmente de morrones y tomates, por eso hay desabastecimiento y cuestan más que antes", indicó.
Para el productor, la situación no resulta extraña, porque el clima es siempre el disparador de los precios. "Lo del morrón, por ejemplo, no es nuevo. Pero como no es de consumo masivo, no se sintió tanto. En cambio el tomate sí, porque es uno de los que más se ocupan en las comidas y como la ola polar fue en todo el país, la escasez fue general", agregó.
"Pero no hay que descartar que detrás de los precios está también el interés del comerciante. Pasa con la lechuga, nosotros sabemos que con un valor de 10 pesos ganamos todos, pero en las góndolas sigue estando muy por encima de ese valor. Y el que lo termina sufriendo es el consumidor", puntualizó.
