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Familiares, amigos y autoridades de Bella Vista realizaron un acto especial siguiendo la voluntad del acordeonista Ricardo Scófano a un año de su fallecimiento. Los actos coordinados desde el municipio se llevaron a cabo en la costa del río Paraná donde finalmente se arrojaron las cenizas del reconocido autor y compositor chamamecero.
Los restos de Ricardo Scófano fueron depositados finalmente sobre las aguas del río Paraná en las costas de Bella Vista en el marco de un sentido acto que comenzó con un oficio religioso al pie del monumento que los amigos emplazaron en su honor hace unos años en pleno Paseo Costanera. Allí el presbítero Ariel Acuña invitó a los presentes a rezar por la memoria del músico cuya muerte se produjo el 26 de marzo de 2020.
Sus familiares en contacto con las carteras de Cultura y Educación y de Turismo solicitaron la oportunidad de cumplir el deseo de Scófano de que sus restos fueran depositados en suelo bellavistense y así se hizo en medio de una profunda congoja; especialmente cuando María Eugenia, Eduardo y Richard -sus hijos- y Alicia Toledo –su esposa- arrojaron las cenizas al río mientras los amigos acompañaron con flores.
No fueron pocos los amigos que presenciaron este momento rodeando a la familia Scófano que viajó desde Corrientes en gran número; hijos, esposa, nietos y hermanas del autor de “Mi tiempo, mi infancia”, título que inmortalizó los orígenes del bandoneonista nacido en Lomas Este cuya prolífica carrera comenzó a los 13 años y una de sus primeras actuaciones sobresalientes las hiciera apenas dos años después.
Ya en el año 1968 se produjo un hecho fundamental en su carrera artística cuando es convocado por Ernesto Montiel para integrarse al “Cuarteto Santa Ana”. Con “Santa Ana” permaneció hasta el año 1972 donde aportó obras de su autoría. Aquella convocatoria sería la plataforma para continuar una delicada trayectoria musical a la que sumó su impronta personal serena, amigable y muy profesional artísticamente.
